Presentación
Tratado de Roma
En el preámbulo del Tratado de Roma se subraya que los estados miembros de la UE están resueltos a sentar las bases de una unión cada vez más estrecha entre los pueblos europeos, proponiendo para ello varias iniciativas. De este modo, la UE se interesa desde hace años por los vínculos creados entre las ciudades europeas.
El Consejo Europeo, reunido en Fontainebleau en enero de 1984, encargó a un comité ad hoc que determinase las acciones que permitirían a la Comunidad responder a las expectativas de los pueblos y que propusiera la adopción de medidas apropiadas para fortalecer y promover la identidad e imagen de la Unión de cara a sus ciudadanos y el mundo. El informe Adonnino, señalaba que la solidaridad entre ciudades de los Estados miembros, el conocimiento y cooperación mutuos son elementos indispensables para la construcción europea.
La UE se esfuerza por incorporar en mayor grado a los ciudadanos y a sus representantes locales en el proyecto europeo, dándole así una verdadera dimensión humana. Las acciones organizadas por las ciudades y sus ciudadanos reproducen a escala reducida el proceso de unificación emprendido por los Estados miembros. Cada unión de ciudades constituye en sí misma una minieuropa. Europa se construye desde las ciudades.
Conferencia de Ciudades
En 1986, una Conferencia de Ciudades Europeas se denominó "las ciudades, motores del desarrollo económico". En esta reunión nació el movimiento de las eurociudades que se constituyó formalmente tres años más tarde y que reúne en la actualidad a cincuenta y cinco importantes ciudades de Europa.
Mercado Único
La entrada en vigor del Mercado Único en 1993 creó una nueva dinámica en las relaciones europeas y dio lugar a multitud de oportunidades. Cada vez más personas llegan a la conclusión de que el futuro ya no puede encararse desde un país en particular y que el único camino posible a seguir es el de la cooperación con nuestros vecinos.
Una primera fase de la cooperación entre ciudades la constituyen los hermanamientos, figura de trabajo en común que nace en Europa, donde se ha desarrollado en los últimos cincuenta años bajo la iniciativa de dos grandes organizaciones: El Consejo de Regiones y Municipios de Europa (CMRE) y la Federación Mundial de Ciudades Hermanadas.
Comité de las Regiones
La Comunidad Europea, con la creación en Maastricht en 1993 del Comité de las Regiones, ha reconocido finalmente en su entramado constitucional a los gobiernos locales, algo que no estaba previsto en el tratado fundacional. Los nuevos protagonistas económicos llevan en muchas ocasiones nombre de ciudades y las ciudades de Europa fueron definidas como las multinacionales europeas y la fuerza de choque de Europa (Delors).
Redes de Ciudades
A partir de 1985, las redes de ciudades han experimentado un enorme auge, consolidándose en la presente década como una estrategia casi obligada de la mayoría de las ciudades grandes y medianas.
Los grandes objetivos de las redes de ciudades giran en torno a la necesidad de estructurar un sistema lobby frente a terceros, la consolidación de espacios territoriales, económicos, políticos y demográficos mínimos que permitan la generación y utilización de economías de escala y de aglomeración, así como el desarrollo de infraestructuras y actividades punta. Se busca también la inserción en un sistema internacional que permita el acceso y utilización de un volumen creciente de información y el intercambio de experiencias y tecnologías, además de la obtención de funciones de liderazgo y la inserción, a través de las redes, en espacios de actuación superiores.
Historia
Por Luis Dominguez
La Declaración de Porto (1 de abril de 1992), documento fundacional del Eixo Atlántico comienza con esta frase: “La aplicación y entrada en vigor del acta UNICA EUROPEA a partir del 1 de enero de 1993, así como el desarrollo de las medidas adoptadas en la Conferencia de MAASTRICHT requieren la urgencia de adoptar medidas políticas que permitan asegurar el papel de las ciudades en la construcción de la EUROPA UNIDA”. En efecto, el proceso de integración europea conoció un notable ánimo entre la entrada en vigor del acta Única, en 1987, y la del Tratado de Maastricht, en 1993.
El territorio que abarca al Norte de Portugal y Galicia no fue ajeno la esas transformaciones. Por una parte, se estableció la fecha del 1 de enero de 1993 para la entrada en vigor del Mercado Único que se tradujo en la oportunidad inmensa que abrió la eliminación de las barreras físicas de las fronteras pero también en la amenaza de la consolidación de la llamada “banana azul”, el espacio comprendido entre Londres, París, Milán y Fráncfort. Por otra, el principio de subsidiariedad, con su apuesta por las competencias para la administración más próxima al ciudadano con capacidad para ejercerlas, hacía posible un nuevo papel para los actores gubernamentales regionales y locales.
A mayores, el Tratado de Maastricht creaba un nuevo órgano consultivo, el Comité de las Regiones, que había servido de foro para recoger las inquietudes y demandas de éstas. A lo largo de los años ochenta la Europa de las regiones sonaba como futuro rumbo de la integración europea. No obstante, con el comienzo de la última década del siglo pasado cobraba fuerza en la literatura especializada la idea de la Europa “hanseática”, es decir, la Europa de las ciudades-región. Tampoco se debe olvidar que la Comisión Europea, siempre necesitada de aliados frente a la hegemonía de los Estados-Nación, no animaba a los poderes locales y regionales, mucho más a éstos que a aquellos, como interlocutores directos tras la reforma de los fondos estructurales acometida en 1988. La política de cohesión económica y social estaba llamada a equilibrar los excesos neoliberales del mercado único.
Galicia y Norte de Portugal estaban en la vanguardia del proceso de integración europea que se estaba viviendo. En efecto, en octubre de 1991 nacía la Comunidad de Trabajo Galicia-Norte de Portugal, la primera de la frontera hispano-lusa y en abril de 1992, el Eixo Atlántico do Noroeste Peninsular, una asociación de municipios urbanos, una singular red de actores transfronterizos llamada a tener un papel notable en el futuro.
Sin duda, la idea original es deudora del que era en ese momento alcalde de Porto, Fernando Gomes, con el apoyo de Carlos González Príncipe, alcalde de Vigo de aquella. Se trataba de construir el mercado único entre nosotros y para eso, se decía en la Declaración “es condición *indispensable la superación de las barreras físicas mediante infraestructuras públicas que permitan vertebrar un MERCADO ÚNICO TRANSFRONTERIZO”. Para poder hacer realidad las infraestructuras necesarias se apuntaba a las ayudas comunitarias previstas en el paquete Delors*II y la reivindicación era clara “Nosotros, en nombre de las ciudades que suscribimos este Documento, creemos fundamental que dichos fondos se canalicen en nuestras regiones prioritariamente en torno a los medios urbanos”.
Los medios de comunicación de aquella presentaban al Eixo como contrapartida socialdemócrata de la conservadora Comunidad de Trabajo, por el color de los respectivos gobiernos de las ciudades, el autonómico de Santiago y el nacional de Portugal. Era una lectura inexacta. En primer lugar, porque siendo cierto que la mayoría y las más importantes ciudades estaban presididas por ediles socialistas, no era menos que un tercio de las ciudades integrantes tenía la suya frente a alcaldes conservadores. En segundo lugar, porque el carácter de lobby con el que nacía la organización precisaba tener buenas relaciones con todos los actores. La propia Declaración lo confirma “Nacemos con voluntad de diálogo y acuerdo con todas las otras Instituciones, Xunta de Galicia, Gobierno de Portugal, Gobierno de España que están objetivamente interesadas en el Proyecto de Unidad y Cohesión Europea”. Doce ciudades, Ourense, Ferrol, A Coruña, Santiago, Pontevedra, Vigo, Porto, Braga, Bragança, Chaves, Viana y Vila Real. También Lugo llegaría aún a tiempo de ser ciudad fundadora, en la aprobación de los Estatutos que suscribían esta Declaración fundacional que remataba diciendo “comenzamos desde hoy incluso a trabajar para que Galicia y el Norte de Portugal sean partícipes de las nuevas centralidades europeas, para que nuestras ciudades sean centros de la periferia y dejemos de ser la periferia del centro”.
LA ETAPA FUNDACIONAL (1992-1999) Desde aquel 1 de abril de 1992 el Eixo Atlántico ha recorrido un largo camino que podemos estructurar en tres etapas. Una primera etapa fundacional que iría desde 1992 hasta 1999, con las presidencias de las dos ciudades que iniciaron la constitución del Eixo: Porto y Vigo. Desde el punto de vista organizativo, la asociación de derecho personal portugués que conforma el Eixo Atlântico ya comienza a dar muestra de su singularidad. 
En efecto, los estatutos de 1992 contemplan una Asamblea y una Comisión Ejecutiva en la que están presentes todas las ciudades, en la primera con tres miembros y en la segunda con uno, hay pues un cierto solapamiento entre ambos órganos; la Comisión Ejecutiva tiene la iniciativa en la planificación y en los presupuestos y la Asamblea aprueba esas iniciativas. Lo novedoso está en la Presidencia y en la Vicepresidencia. El presidente es elegido por la Ejecutiva con un mandato de dos años, prorrogable por otros dos e indefinidamente por períodos anuales. Esto rompe con el tradicional principio de la rotación nacional de cargos de las estructuras de cooperación en Europa.
En 1995 se incorporan las ciudades gallegas de Vilagarcía de Arousa y Monforte de Lemos y, en 1997, lo hacen las tres portuguesas de Vila Nova de Gaia, Guimarães y Peso de Régua. Estas dieciocho ciudades van a hacer una modificación de los estatutos, en 1997, que aclara las competencias y composición de la Asamblea y de la Comisión Ejecutiva. La Asamblea pasa a ser el órgano superior de la asociación integrada sólo por los alcaldes. La Comisión Ejecutiva amplía sus poderes con los de representación y firma de acuerdos y contratos, así como reduce su número a seis alcaldes, dos natos, Porto y Vigo, por ser las ciudades iniciadoras y tener sendas sedes de la asociación, y cuatro representantes en la Asamblea.
Esta etapa fundacional dota a la asociación de dúas sedes permanentes, en Porto e Vigo, y del primer personal fijo −incluso habrá una antena en Bruxelas mediante un convenio con la Fundación Galicia-Europa−, en las oficinas que se abren en 1995. Desde octubre de 1995 cuentan con un Director Técnico, que dota de estabilidad y continuidad la gestión y la planificación del Eixo Atlântico. También se crean, en 1995, las primeras Comisiones Delegadas . Así mismo, estos primeros años servieron para presentar la nova asociación a los gobernos de Madrid e de Lisboa y al Comisario de Política Regional en Bruxelas.
En el campo de las principales realizaciones de esta etapa hace falta destacar, en primer lugar, la elaboración del I Estudio Estratégico del Eixo Atlántico, bajo la coordinación de los profesores António Figueiredo y Anxel Viñas. El encargo pedía caracterizar el papel de las trece ciudades miembros en ese momento, identificar perfiles de complementariedad y/o concurrencia de las mismas, identificar carencias y proponer intervenciones, tipificar las noticias dinámicas de prácticas urbanas emergentes en lo relativo a las experiencias innovadoras y de calificación de la vida urbana, y, por último, proponer ámbitos temáticos y acciones posibles para la promoción de redes de cooperación entre las ciudades. Corría el año 1993. El Eixo daba los primeros pasos como “think tank” eurorregional. En 1996, se celebró el primer Congreso del Eixo, un acto con importantes presencias políticas (entre ellas el Ministro español de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy), ideado como foro amplificador de las conclusiones del primero estudios estratégico. Estas apuntaban a la necesidad de generar un espacio político urbano y unas infraestructuras que permitieran relacionarse a los ciudadanos dentro de un modelo urbano regido por actividades terciarias y por una oferta de enseñanza superior creciente.
En segundo lugar, el Eixo apostó por una serie de actuaciones que lo habían hecho visible para la sociedad de la Eurorregión. En esta línea hace falta situar una serie de acciones llamadas a tener una cierta continuidad: los Xogos do Eixo Atlántico, la Regata del Eixo Atlántico, la Bienal de Pintura del Eixo Atlántico, el Premio de Narrativa del Eixo Atlántico y las primeras publicaciones con sendas obras sobre la Historia y la Geografía del territorio eurorregional.
Por ultimo, conforme al espíritu de la Declaración de Porto, el Eixo comenzó a presentar candidaturas competitivas a programas comunitarios de apoyo a la cooperación transfronteriza alcanzando éxito en dos de ellos: el Observatorio Urbano del Eixo Atlántico, dentro del RISI II, que pretendía ser una experiencia piloto en el campo de la sociedad de la información, a través del desarrollo de una comunidad virtual urbana, con aplicaciones en el campo de la economía, el turismo y la cultura, en la que participaron, como socios, 30 entidades cívicas, económicas e institucionales de las dos regiones; Millenium, dentro del RECITE II, como laboratorio de pruebas a escala, entre cuatro regiones europeas (Brandemburgo, Alessandria, Galicia y Norte de Portugal) para desarrollar modelos e instrumentos de internacionalización de empresas.
LA ETAPA DE La CONSOLIDACIÓN (2000-2006) Un momento clave en la historia del Eixo va a ser la modificación de los estatutos de 2002. En efecto, en ese documento se contempla un nuevo órgano: la Secretaría General, dotada de competencias gestoras, de representación y firma de contratos y acuerdos con terceros, así como todas las que la Presidencia y la Comisión Ejecutiva deleguen en ella; como refuerzo de la Secretaría se establecen sendas Coordinadoras en Porto y Vigo.
Desde el punto de vista operativo una de las grandes novedades de esta etapa fue la integración eurorregional. En efecto, en 2000, se firmó el acuerdo de integración del Eixo en la estructura de la Comunidad de Trabajo Galicia-Norte de Portugal en calidad de Comisión especial. En esta dinámica, será iniciativa del Eixo la constitución formal de la Fundación Centro de Estudios Eurorregionales (CEER), en diciembre de 2002, el primer instrumento con personalidad jurídica que integra a las seis universidades públicas del territorio y concebida como vivero a lo que las administraciones podrían acudir para documentar los futuros proyectos europeos a solicitar, así como para realizar los estudios comprometidos en los mismos para así garantizar su sostenibilidad y permitir otra serie de actuaciones comunes diseñadas por las propias universidades. En 2004, en colaboración con la Comunidad de Trabajo, el Eixo programó una exposición: “Dos regiones, una eurorregión”, que recorrió las dieciocho ciudades miembro y finalizó rindiendo visita al Comité de las Regiones, en noviembre de 2005. Fue una iniciativa que ayudó a visibilizar la idea eurorregional y sus principales estructuras de cooperación.
La segunda de las apuestas hechas por el Eixo en esta etapa fue la de la sociedad del conocimiento. Así, fue aprobado y publicado el Mapa de Infraestructuras de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal, en 2000, que contemplaba como principales novedades el establecimiento de un corredor interior Peso de Régua-Lugo, de autopista o vías rápidas que había ayudado a minimizar la deslocalización demográfica y económica en favor del corredor atlántico Vila Nova de Gaia-Ferrol, y, en segundo lugar, la reivindicación de un corredor ferroviario de Alta Velocidad Porto-A Coruña, dentro de las prioridades de las grandes redes transeuropeas. Este documento abrió el camino de los estudios hechos por equipos interdisciplinares y eurorregionales, un camino que recibiría un apoyo definitivo con la decisión de abordar los Segundos Estudios Estratégicos que fueron presentados en el Segundo Congreso del Eixo, celebrado en Ourense en 2005. 
Con las aportaciones de 58 investigadores se ofrecieron conclusiones que incidían en la necesidad de apostar por el policentrismo como modelo de ordenación del territorio, en la participación ciudadana como modelo de gobernanza y legitimidad democrática, en la empleabilidad como horizonte de la formación, en la movilidad como fin último de las infraestructuras, en las industrias culturales como elemento de dinamización y desarrollo económico, en la importancia del impulso de los poderes públicos al desarrollo y su complementariedad con el impulso que debe llegar de los agentes económicos y sociales, en la importancia de las TIC. Un equipo de profesores universitarios que al mismo tiempo, muchos de ellos, tuvieron importantes responsabilidades de gestión en los gobiernos de Lisboa, Santiago y Madrid se encargó de condensar todo ese know how en una hoja de ruta: La Agenda Estratégica del Eixo para 2007-2013. Como fruto maduro de esta apuesta por la sociedad de conocimiento nació, a finales de 2006, el Servicio de Estudios del Eixo Atlántico.
Por último, la consolidación del Eixo también se tradujo en la presentación de candidaturas ganadoras a programas europeos, en los programas:
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LA ETAPA DE LA PROYECCIÓN INTERNACIONAL (2007-2010)
Como preludio de esta proyección y como mejor vía para servir a la causa de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal, la calidad de vida de sus ciudadanos y la propia independencia del Eixo, se procedió a una ampliación sustancial de las ciudades miembro, de 18 a 28, en 2007, con la incorporación de las portuguesas Barcelos, Mirandela, Famalição, Vila do Conde y Matosinhos y las gallegas de Viveiro, O Barco de Valdeorras, Lalín, Verín y Carballo. Al año siguiente, en 2008, pasaron de 28 a 34, con la entrada por una parte de Lamego, Penafiel y Macedo de Cavaleiros y por la otra de Ribeira, Sarria y O Carballiño.
La Agenda Estratégica del Eixo Atlántico establecía siete ideas llave. Una de ellas era la necesidad de fomentar la gobernanza y el asociacionismo lo que demandaba una dimensión peninsular y europea que el Eixo no tenía de aquella. Ciertamente la Secretaría General hizo una labor muy meritoria por alcanzar esa proyección y esa visibilidad exterior. Hitos de esa singladura son: la organización de un workshop en cada una de las ediciones de los Open Days de 2007, 2008 y 2009; miembro fundador de EUROMOT, en Lille, en noviembre de 2007, red de ciudades europeas que englobaba al Eixo, la MOT francesa y las City Twins bálticas; el Servicio de Estudios del Eixo fue el ganador del Cross Border Award Seal of Papenburg 2008; el Eixo animó la creación y gestión del secretariado de la Red Ibérica de Entidades Transfronterizas (RIET); finalmente, en 2010, animó y ostentó la presidencia, a través del alcalde de Santiago de Compostela, de la Conference of European Cross-border and Interregional Cities Networks (CECICN).
El fomento de un modelo territorial equilibrado era otra de las ideas llave, algo que siempre estuvo presente en todos los estudios del Eixo de esta etapa pero que, además, tomó cuerpo de forma decidida en dos de las apuestas más importantes: La Eurocidade Chaves-Verín, en 2007, y la Agencia de Ecología Urbana con sede en Villa Real, en 2009. Precisamente, la Agencia de Ecología Urbana, la primera de carácter transfronterizo en Europa, incide en otra de las ideas llave de la Agenda, la necesidad de tener un sistema urbano sostenible, un horizonte en el que hace falta encuadrar la sucesiva elaboración de agendas estratégicas de la Galicia Central, de la Galicia Interior y de Arousa-Barbanza, por parte del Servicio de Estudios del Eixo Atlántico, complementadas con las iniciativas en la misma línea del gobierno portugués con Douro Alliance y el Quadrilátero.
Tener unas ciudades con mayor centralidad era otra de las siete ideas llave expuestas en la Agenda Estratégica para acometer este reto, entre otras acciones, el Servicio de Estudios elaboró una Estrategia de Transportes de la Eurorregión que incide en la necesidad de apostar por una movilidad intermodal, respetuosa con el medio ambiente, combinando los intereses de movilidad de las personas con los de los agentes logísticos responsables de la movilidad de las mercancías, específicamente en el último kilómetro, y, sobre todo, asentada en una planificación y ordenación del territorio racional y previa.
Estatutos
La constitución del Eixo Atlántico se basó legalmente en el Convenio-Marco sobre cooperación transfronteriza entre Comunidades o autoridades territoriales publicado en el D.O.C.E. del 16 de octubre de 1990 y que entró en vigor el 25 de noviembre de ese mismo año. En este Convenio-Marco se determinan las condiciones para el establecimiento de asociaciones transfronterizas de derecho privado.
Estatutos